Lam 3:24 Mi porción es Jehová, dijo mi alma; por tanto, en él esperaré.
Lam 3:25 Bueno es Jehová a los que en él esperan, al alma que le busca.
Conocí a un joven indigena de la tribu de los Aruacos de unos 14 años.
Conversando un poco con él, quise indagar acerca de su cultura, de su integración a la iglesia cristiana, y de su fe.
Ante la pregunta: ¿Cuál es su mayor deseo en la vida?
Su respuesta me dejó impactado: Esperaba que me respondiera, que era viajar a otros países, tener algunas propiedades, o lo característico de alguien de su edad, ser famoso en algún deporte, o tener un carro de alguna marca, pero a los 14 años su respuesta fue: Lo que más deseo es permanecer en la presencia de Dios.
Entonces me di cuenta, que esas personas tienen arraigado en su corazón tal convicción de su cultura, de sus raíces, que al conocer la verdad, no solo esta le hizo libre, sino le proporcionó una pasión desbordante por el evangelio del Señor Jesucristo, tal, que ahora lo único que deseaba era, precisamente estar en la presencia de Dios.
¿Qué tanta convicción tenemos nosotros, que tanta pasión por el evangelio, que tanta seguridad, y cuánto anhelamos estar en la presencia de Dios?
Jeremias, el escritor del libro de las lamentaciones, nos deja ver en estos versos, el resultado de esperar en Dios.
Cuando nuestra porción es Jehová, en Él estamos completos.
Escuche lo que escribió el apóstol San Pablo a Colosenses 2:10-12
Palabra de Dios para Todos
10 En Cristo, ustedes están completos y no necesitan nada más, pues él es cabeza de todos los gobernantes y poderes.
11 Cuando Cristo los liberó a ustedes del poder de su naturaleza carnal, fueron circuncidados con otra clase de circuncisión, hecha por él y no por seres humanos.
12 Al bautizarse, ustedes fueron sepultados junto con Cristo, y también en el bautismo fueron resucitados con él.
Eso fue posible debido a la fe en el poder de Dios, que se demostró cuando hizo resucitar a Cristo de la muerte.
Si mi porción es El Señor, entonces en Él esperaré.
Como el indígena: Mi anhelo es estar en la presencia del Señor, porque en Él estamos completos.
Feliz y bendecido día.
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