2 Crónicas 34:1-2.
“De ocho años era Josías cuando comenzó a reinar… Este hizo lo recto ante los ojos de Jehová, y anduvo en los caminos de David su padre, sin apartarse a la derecha ni a la izquierda”
El rey Josías fue uno de los reyes más piadosos de la historia del pueblo judío.
Desde muy joven él mostró que estaba decidido a servir al Dios vivo.
A sus 16 años, “comenzó a buscar al Dios de David su padre”;
a los 20 años “comenzó a limpiar a Judá y a Jerusalén de los lugares altos”;
y a los 26 años comenzó a “reparar la casa de Jehová su Dios” (2 Crónicas 34:3, 8).
En verdad Josías era un instrumento escogido por Dios.
Una profecía había predicho su venida, llamándolo aún por su nombre, aproximadamente 300 años antes de su nacimiento (1 Reyes 13:2).
Jeroboam el rey que se le secó el brazo después de amenazar al varón de Dios.
Josías no solamente purificó a Judá e Israel de la idolatría, restableció la Pascua y reparó el templo, sino que también se aseguró de que el pueblo tomara posición sobre estas cosas (2 Crónicas 34:31-33).
Fue una reforma extraordinaria si tenemos en cuenta lo bajo que habían caído en la idolatría numerosos reyes de Judá e Israel.
Lamentablemente, este despertar sería el último de la historia de Judá. Los babilonios llegarían y sitiarían a Jerusalén algunos años después de la muerte de Josías.
Dios usó a hombres que restauraron la adoración y lo ha hecho varias veces a través de la historia, como el apóstol Pablo, y los reformadores siglos más adelante.
La iglesia actual necesita de hombres y mujeres comprometidos en mantener la sana doctrina.
Esos somos usted y yo, quienes con el poder del Espíritu Santo vamos a mantenernos apegados a las Escrituras Sagradas, porque en ellas es donde encontramos la vida.
Vamos a mantener la sensatez porque no hay nada nuevo que inventar. Ya la profecía fue entregada por los escritores de La Biblia, no tenemos nada más que añadirle. Esto nos mantendrá lejos del error si nos apegamos a la revelación que ya nos fue dada por El Espíritu Santo.
En resumen: Estos versículos presentan a Josías como un ejemplo de un rey piadoso, a pesar de su corta edad. Su reinado estuvo marcado por la justicia, la integridad y la obediencia a Dios.
Reflexión:
¿Qué podemos aprender del ejemplo de Josías?
¿Cómo podemos aplicar los principios de justicia e integridad en nuestras propias vidas?
¿Qué papel juegan los líderes en promover valores morales y espirituales?
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