miércoles, 4 de noviembre de 2020


Mi amiga me contó, que al salir de un almacén de ropa, el guardia de seguridad la detuvo por una prenda que llevaba puesta, asegurando que la había robado.

No pudiendo demostrar su inocencia, fue conducida a los calabozos de la fiscalía, donde pasó toda la noche y fue liberada a la mañana siguiente.

El Señor Jesús, siendo inocente, pasó también la noche en la fiscalía, pero fue torturado, escupido, abofeteado y al siguiente día asesinado.

Dios no escatimó ni a su propio hijo y lo entregó por nosotros, dice la carta a los romanos.

Recuerda esto por favor: Solo en Jesús hay salvación, él nos hace libres, porque ya pagó por nuestros pecados.

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