Cuando la misionera Corrie Tem Bom predicó sobre el perdón en una iglesia en Alemania al terminar la guerra, se le acercó un hombre y le dijo: Yo era un guardia del campo de concentración donde usted y su hermana estuvieron, su hermana murió allí, ahora solo quiero decirle que me perdone, y le extendió la mano.
Corrie dijo en su mente: Señor, yo no puedo pero tú en mí si. Y dándole la mano a su verdugo, sintió electricidad por todo su cuerpo al aceptar el perdón de ese hombre.
Pablo escribió: Porque ya no vivo yo mas Cristo vive en mi.
Cuando Cristo vive en nosotros, somos capaces de lo impensable.
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