Hace unos años con mi esposa, hicimos un curso presencial de panadería y recibimos una certificación.
Hoy, hacemos nuestro propio pan, y algunos vecinos nos compran el producto.
He oído de personas que han pasado muy aburridos la cuarentena porque no tienen nada para hacer.
Proverbios 10:4 dice: La mano negligente empobrece; Mas la mano de los diligentes enriquece.
Es posible que no nos hagamos ricos vendiendo pan, pero junto con otras actividades mantenemos la mente ocupada.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.