Una de las vivencias más maravillosas que hemos tenido durante nuestra vida ministerial, ha sido el contacto con otras culturas.
Dios nos ha llevado para habitar con los indígenas, con personas sencillas de municipios en muchas partes del territorio de Colombia, pero también cuando hemos salido del país, lo hemos hecho con otras culturas, entre ellas los musulmanes.

Entonces aprendimos que no todos los árabes son musulmanes, ni todos los musulmanes son árabes. Hay musulmanes persas, los hay malayos, hay en Indonesia, y hay árabes cristianos.

Lo primero que llama la atención de ellos, es que siempre están buscando la dirección de La Meca para dirigir sus cuerpos en esa dirección,  y así orar cinco veces al día a una hora determinada, y lo hacen absolutamente todos. Se postran en sus tapetes personales, y hacen  unas flexiones del cuerpo hacia adelante y dicen: Alá es dios, y repiten muchas veces Alá es dios.

Este hombre que aparece en la foto le preguntaba a mi esposa sobre la dirección de La Meca, pensando que nosotros éramos musulmanes, y cuando mi esposa le dijo que nuestra creencia era en Cristo, nos pedía disculpas como si nos hubiera ofendido.

Luego hicimos una amistad bonita,  y cuando nos tuvimos que despedir, con su esposa lloraban y decían: Colombia una familia buena, y repetían esto varias veces.

La mujer de la foto siempre estaba forrada en joyas muy costosas de oro puro, herencia de sus padres, pero solo se dejaba ver el cabello de mi esposa. La mujer musulmana está sometida completamente a su marido, él es quien manda sobre ella, y el respeto es tan grande que casi no miran a los ojos a ningún hombre por temor a ofender a su marido.
Jamás comen algo que tenga cerdo, y están muy atentos para leer todas las etiquetas de los alimentos. Siempre comen con la mano derecha  y se asean con la mano izquierda pues no usan papel higiénico.

Alguno son radicales, son muy fieles a su religión y los que llegamos a conocer fueron muy amistosos.

Hasta pronto.

Alonso.