No puedo dejar pasar la oportunidad para compartir con usted amigo lector, hacer una nota para la persona que me ha acompañado durante 42 años. Mi esposa Martha Cecilia, la conocí de un año de edad, fuimos vecinos, crecimos juntos en el mismo barrio, en la misma calle, y es de esta manera que una vez establecida la relación de noviazgo, adquirimos el compromiso del matrimonio.
En este año 2020 estamos cumpliendo nuestros primeros 40 años de casados, ha sido un tiempo lindo, más que esposos, amigos, y ya casi 22 años sirviendo a Dios a tiempo completo.
Mi esposa ha sido la ayuda idónea de la que La Biblia habla, siempre atenta a mis necesidades, y hoy la quiero honrar, porque ha sido un arduo trabajo, de paciencia, de amor, perdonando errores, perseverante, muy atenta a todas las necesidades del hogar. Mi esposa es una verdadera joya, un ejemplo vivo de la persona del Señor Jesucristo en ella.
Hablando hoy con mi hijo Andrés me explicaba que este material que estoy escribiendo, va a permanecer en la red, cuando haya partido de este mundo. Entonces mi deseo es dejar un consejo para las personas jóvenes que quieren leer estos textos: Sí se puede tener un matrimonio bonito, sí se puede vivir bien, sí se puede alcanzar la felicidad viviendo en pareja.
Dios bendiga a Martha.
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