Título: El Camino de la vida.
Texto: Sal 16:11 Me mostrarás la senda de la vida;
En tu presencia hay plenitud de gozo;
Delicias a tu diestra para siempre.
Los ciclistas modernos, llevan en su bicicleta el mapa del recorrido, un pequeño computador, donde se les indican todos los detalles del lugar por donde van pasando y los obstáculos, curvas, ascensos y descensos de la vía. Dónde pueden recibir alimentos, donde pueden arrojar la basura, y hasta los detalles más insignificantes.
El verso Salmo 16 nos ofrece una profunda reflexión sobre la vida eterna y la plenitud que encontramos en la presencia de Dios.
1. La senda de la vida:
El salmista reconoce que Dios es quien le muestra el camino correcto, la senda que conduce a la vida verdadera. Esta no es una vida basada en las propias fuerzas o deseos, sino en la guía y la voluntad de Dios.
Dios es el Guía perfecto.
Nadie puede descarriarse si anda por los caminos que Él elige.
Pensemos en que Él nos creó con amor para vivir en este momento y este lugar.
El Señor cuida nuestros pasos porque desea ver cumplido el propósito que tiene para nuestra vida, y ver su plan realizado por medio de nosotros.
Pro 3:5 Fíate de Jehová de todo tu corazón,
Y no te apoyes en tu propia prudencia.
Pro 3:6 Reconócelo en todos tus caminos,
Y él enderezará tus veredas.
Por tanto, Él promete enseñar a quienes le siguen.
Sal 25:12 ¿Quién es el hombre que teme a Jehová?
Él le enseñará el camino que ha de escoger.
Cuando Dios nos pide que nos alejemos del mal camino es porque Él ve los peligros que acechan.
2. Plenitud de gozo:
La presencia de Dios no solo nos ofrece dirección, sino también gozo inigualable.
La comunión con Él nos llena de una alegría profunda y duradera que va más allá de las circunstancias terrenales.
María escogió lo mejor: Estar a los pies de su Maestro.
Y nosotros, ¿Qué es lo que escogemos?
3. Delicias eternas:
A la diestra de Dios encontramos no solo gozo momentáneo, sino deleites eternos.
La vida en comunión con Él no tiene fin, y en ella experimentamos una felicidad completa y permanente, no transitoria como el mundo ofrece.
Aquí hay una invitación a buscar con diligencia la senda de Dios, reconociendo que solo Él puede guiarnos hacia la verdadera vida.
Debemos cultivar una relación íntima con Él, buscando su presencia en cada momento, pues en ella reside la plenitud de gozo y las delicias eternas.
El Señor nos invita a meditar en este Salmo y reflexionar sobre el significado que tiene para nuestras vidas.
Permitamos que la palabra de Dios nos guíe hacia una vida llena de propósito, gozo y plenitud en su presencia.
Jesús dijo: Yo soy el Camino, la verdad y la vida, así que vamos tras la senda que nos marca el Señor Jesús porque en Él hallaremos vida eterna.
Hoy es un buen día para comenzar a cultivar esa intimidad con Dios por medio de Su Palabra. Pero déjate guiar por la senda de la vida, Dios sabe lo que hace y siempre quiere para ti lo mejor.
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