viernes, 31 de mayo de 2024

Alza tus ojos a donde está Jesús., solo El te puede ayudar


Texto: Salmo 121:1-2 

Alzaré mis ojos a los montes. ¿De dónde vendrá mi socorro? Mi socorro viene de Jehová, que hizo los cielos y la tierra. Sal 121:2  Mi socorro viene de Jehová, Que hizo los cielos y la tierra. 


Este salmo se le atribuye a algún guerrero, o viajero que mira las montañas de donde puede salir el peligro de las fieras o los asaltantes, pero es la habitación del creador, Quien no solo tiene dominio sobre las montañas sino sobre toda la creación. 


La pregunta es: Cuando tenemos una dificultad, ¿en quien confiamos?

Tal vez tengamos un respaldo económico, una influencia en el gobierno, un título académico, o una la fuerza de tu propio cuerpo. 

En momentos de crisis, El Único que nos puede ayudar es Dios. 


¿Pero nuestra confianza está al cien por ciento cuando se trata de Dios?

Podemos decir que nosotros también miramos a los montes cuando vienen las dificultades de la vida?


Es ahí donde el carácter del cristiano sufre una transformación. 


Pues su confianza está en Aquel que hizo los cielos y la tierra. 

La respuesta a tan intrincada pregunta tiene su propia respuesta: Solo Dios nos puede ayudar.

Y están como testigo físico las obras de Sus manos. 

Ahí están las montañas, las más altas, mostrando todo el poder de Dios, Su grandeza, Su magnificencia, como nuestra fortaleza, nuestra defensa, el lugar a donde repeler los ataques de los enemigos. 


Solo Dios nos puede ayudar en los momentos más difíciles. 

¿De dónde vendrá mi socorro?". Este interrogante surge de manera natural ante las adversidades y desafíos que la vida presenta.

Sin embargo, la respuesta no tarda en llegar: "Mi socorro viene de Jehová, que hizo los cielos y la tierra"

El salmista encuentra su consuelo y esperanza en Dios, el Creador del universo. Reconoce la majestad y el poder infinito de Dios, quien tiene la capacidad de brindar protección y ayuda en cualquier circunstancia.

Si Dios ha sido capaz de crear tal universo, ¿cómo no podría también ofrecer ayuda y protección a sus hijos?

En un mundo lleno de incertidumbres y desafíos, el mensaje del Salmo 121:1-2 resuena con especial fuerza. 

Nos recuerda que no estamos solos ante las dificultades. 

Dios, nuestro Creador, es la fuente inagotable de socorro y protección. 

Elevar nuestra mirada hacia él, con fe y confianza, nos permite encontrar la paz y la fortaleza que necesitamos para enfrentar las adversidades.

Poner los ojos en Jesus autor y consumador de la fe, nos recuerda que el prontuario que nos acusaba, fue deshecho cuando Él mismo puso su vida en El Calvario, para darnos salvación y vida eterna. 

No quites la mirada de tu Salvador. Alza tus ojos y mira donde está Jesús. 

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