miércoles, 17 de abril de 2024

 Texto: Felipe y el eunuco etíope

Hch 8:26  Un ángel del Señor habló a Felipe, diciendo: Levántate y vé hacia el sur, por el camino que desciende de Jerusalén a Gaza, el cual es desierto. 

Hch 8:27  Entonces él se levantó y fue. Y sucedió que un etíope, eunuco, funcionario de Candace reina de los etíopes, el cual estaba sobre todos sus tesoros, y había venido a Jerusalén para adorar

Hch 8:28  volvía sentado en su carro, y leyendo al profeta Isaías. 

Hch 8:29  Y el Espíritu dijo a Felipe: Acércate y júntate a ese carro. 

Hch 8:30  Acudiendo Felipe, le oyó que leía al profeta Isaías, y dijo: Pero ¿entiendes lo que lees? 

Hch 8:31  El dijo: ¿Y cómo podré, si alguno no me enseñare? Y rogó a Felipe que subiese y se sentara con él. 


Trabajando en una empresa de libros junto con mi esposa, uno de los artículos que vendían era una biblia de la versión nácar colunga, una biblia de lujo con sus estampas y en la portada una foto a todo color del jefe de la iglesia catolica romana. 


Una tarde nos fuimos para un parque y nos llevamos una que era bastante pesada, pero allí nos sentamos en la grama, abrimos el libro, empezamos a leer, pero no comprendimos nada. 


Buscamos por todo el libro por donde empezar, nada, apocalípsis, nada, génesis, nada, éramos unos ciegos leyendo un libro que para nosotros no tenía sentido. Lo intentamos por unos 15 o 20 minutos hasta que nos aburrimos.


Guardamos el libro y nos pusimos a conversar de otras cosas. 

Muchos años más tarde, unos 12 años tal vez, fuimos a la iglesia cristiana evangélica y nos enseñaron que la biblia no es un libro para leer sino para estudiar. 


La historia bíblica nos cuenta de un funcionario africano, éste había ido a Jerusalén a adorar a Dios, y regresaba a su país leyendo el libro de Isaías. 

El registro bíblico nos dice que Felipe impulsado por el Espíritu Santo, se acercó al carro para preguntarle: ¿Entiendes lo que lees? 

Felipe, uno de los siete diáconos iniciales, acababa de predicar el evangelio en Samaria.

No debe confundirse con Felipe el apóstol. 


Hoy quiero trasladar esa misma preguntas a las personas que nos acompañan orando desde las seis de la mañana, y a los que nos escuchan en las demás plataformas. ¿Entienden lo que leen?


Alguien se me acercó en estos días y me dijo: Pastor, estoy leyendo La Biblia. Vuelvo y pregunto: Entiende lo que lee? O mejor, estudia lo que lee?

La biblia es un libro sagrado que se debe leer en oración, dándole la oportunidad al Espíritu Santo que ilumine la palabra que ya fue revelada y una vez haya sido dada la iluminación, haya inspiración para obedecerla. 


Los creyentes no buscamos revelación en La Palabra, ella misma ya es la revelación de Dios a los hombres, lo que buscamos al leerla, estudiarla, es la inspiración para que nuestras vidas tomen la dirección que El Espíritu Santo quiere que tomemos. 

Y si no la obedecemos no hacemos nada. 


Dios les bendiga











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