Cuando se viaja en el transporte público, es inevitable escuchar conversaciones de otros pasajeros, y mucho más si el volumen de la charla es muy alto.
Uno de estos días, me tocó viajar con una señora que hablaba toda clase de tonterías y , sin pudor alguno manifestaba tener conocimiento de muchos temas, pero la verdad es que parecía todo lo contrario.
Pro 12:23 dice que El hombre cuerdo encubre su saber;
Más el corazón de los necios publica la necedad.
Que los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón sean agradables a Ti, Señor.
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