Título: No se equivoquen.
Tema: Evangelístico.
Texto: Juan 19:1 Así que, entonces tomó Pilato a Jesús, y le azotó.
Jua 19:2 Y los soldados entretejieron una corona de espinas, y la pusieron sobre su cabeza, y le vistieron con un manto de púrpura;
Jua 19:3 y le decían: ¡Salve, Rey de los judíos! y le daban de bofetadas.
Uno de los hechos que más repugnan de toda la Biblia es el castigo inmerecido que recibió el Señor Jesús en el pretorio donde Pilato le juzgó.
Ya Jesus había pasado por la tristeza tan grande de haber visto como Judas le entregaba con un beso, ahora eran las burlas, el escarnio, lo latigazos, la corona de espinas, el dolor físico, el dolor en el cuerpo, porque aunque era Dios también era Jesús hombre, la bofetadas y las burlas.
Para todos aquellos que dicen que Dios no puede ser tan malo que haría un lugar de tormento donde los hombres pecadores irán a sufrir por la eternidad, me permito decirles que están absolutamente equivocados.
El infierno es tan real como el aire que respiramos, el infierno es el lugar a donde irá Pilato y todo su séquito, todos los que actuaron en aquel día haciendo burla del Señor y golpeándolo, sin duda alguna estarán allí por la eternidad.
No habrá casa por cárcel, no habrá autoridad del juzgado que sobornar ni guardia penitenciaria, allí estarán todos lo que ese día actuaron descargando todo su odio hacia el Señor. No serán perdonados.
El amor de Dios es grande, pero también es fuego consumidor para quienes le rechazan, para los que le mataron con tanta maldad.
Que no se equivoquen, no quiero pasar la eternidad con Pilato, ni con Hitler, ni con los Talibanes, ni con los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda. Apo 21:8
Pero tú: Apo 3:10 Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra.
Apo 3:11 He aquí, yo vengo pronto; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona.
Apo 3:12 Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo.
Que nadie se equivoque, el cielo es real, pero el infierno también. Los animo a preservar con toda paciencia y doctrina.
Feliz día para todos.
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